Podés hacerte el pendejo y seguir vistiendote como cuando tenías veinte. Podés rockear, saltar y si te da la nafta animarte con algún que otro pogo. Hasta podés no asumir que ahora sos vos el canoso piola que sigue yendo a ver conciertos. Pero nunca, nunca, nunca vayas a un recital con las zapatillas recien lavadas porque tu dedo chiquito te aseguro que lo va a sentir.
Papá por siempre
Hace 13 años